LA LLAMA SINDICADA.



La Llama Jose Luis era una llama normal, no era corriente pero sí normal, vamos que de política y todo eso discutía con su padre, que a veces era huidizo con sus amigos cuando había problemas, lo normal, pero no siendo un borrego, que es lo peor que se le puede llamar a una llama, porque las llamas pueden ser normales pero no son como ovejas, ahí todas tontas y demás. Bueno, ¿Sabes lo que es llamarle Chino a un Japonés? Pues llamarle oveja, o aborregado, a una llama, es igual o peor.

El caso es que la llama Jose Luis gozaba de buena reputación en el puesto de trabajo, una oficina en la que se encargaban de recibir postales de felicitación perdidas en correos y devolverlas a sus remitentes. Jose Luis se encargaba además de las postales enviadas desde la pampa, con lo que su volumen de trabajo era desahogado, y salía lo suficientemente pronto para tomarse el café con su amigo Fran el Gamo en un café cercano.

Fran se enteró casualmente de una vacante en la oficina de postales perdidas, y le pidió consejo a Jose Luis. Jose Luis preguntó a su superior, y días más tarde al hacerle la prueba de aptitud a Fran el Gamo, éste salió de la entrevista sollozando.

El superior de la Llama Jose Luis se había propasado con Fran, y tras obligarle a desnudarse, le instó a cantar la canción del Abecedario estirándose fuerte del prepucio y berreando. “Así muy mal” -concluyó Jose Luis consolando a su amigo- “He de hacer algo.”

Y dicho y hecho, la llama Jose Luis se sindicó, formó parte activa en reuniones, ascendió como jefe sindical de la sección tercera de Correos de la Pampa, y organizó un Casting para ayudantes de la oficina 3-b, para el cual convocó a su amigo Fran también.

Total que abusó de igual manera de Fran. Pero esta vez ante tooooodos los demás aspirantes al puesto.

Una pena, es que hay veces que ni hay moralejas ni pollas.

Así mal.

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